Eduardo Camavinga volvió a dar un recital ante el Celta de Vigo. El francés hizo muy buen partido de lateral izquierdo. Presionó bien, sacó a la perfección la pelota desde atrás, no cometió errores con el balón, fue bien a los cruces y sigue yendo a más en su crecimiento defensivo. Un partidazo de un jugador que se está consolidando, si no lo ha hecho ya, como el lateral izquierdo titular de este Real Madrid. Con Mendy descartado para la eliminatoria ante el Manchester City, todo hace indicar que el galo será el jefe del carril zurdo frente a los de Guardiola.
Camavinga es mediocentro. Por delante de los centrales y por detrás de los interiores es donde más cómodo se siente. Cuando Ancelotti le ha puesto en esa posición, la suya, es donde mejor ha rendido gracias a su calidad con la pelota en los pies y su poderoso físico. Pero Eduardo es mucho más que eso y se está descubriendo como un jugador polivalente que puede jugar y bien en diferentes zonas.
«Camavinga puede jugar en cualquier parte del campo, es especial», aseguraba Ancelotti a la conclusión del encuentro. Y es que, el italiano sabe que el francés, aunque es pivote, puede rendir en la posición de interior a la perfección. No brilla tanto como en una posición un poco más retrasada, pero se defiende a la perfección, especialmente con el paso de los minutos, cuando el físico de los rivales empieza a bajar y él comienza a ser dominante.
Y lo que ya es una evidencia y no una solución de emergencia es que Camavinga es un lateral izquierdo de garantías. Ante el Celta fue un nuevo ejemplo. Le hizo un corte a Iago Aspas donde parecía que el francés jugaba contra niños. Una acción llena de poderío que despertó la ovación del estadio Santiago Bernabéu.
La sociedad con Vinicius
La banda izquierda del Real Madrid cada vez es más poderosa con Camavinga y Vinicius Junior. Los dos se entienden cada partido mejor, lo que permita a los blancos tener un puñal por ese costado. Eduardo en ataque es un centrocampista más, ayuda con el balón y combina a la perfección con el brasileño. Lo mejor, sin duda, para los blancos es que todavía tiene margen de mejora.